El sector sanitario español presume de ser uno de los mejores en todo el mundo, no podemos negar el hecho de que gracias a la sanidad pública España nuestro sistema sanitario sea líder en estas listas, no obstante, no es oro todo lo que reluce.

Tras la aparición de la pandemia por Coronavirus al inicio del 2020, se han dejado entrever muchas de las carencias que la sanidad española lleva como lastre desde hace varios años, entre ellos la falta de regulación en los contratos, la poca o inexistencia de EPIs y sobre todo la mala gestión de los hospitales públicos y privados ante una situación de alarma sanitaria mundial.
El tema de la contratación de médicos y especialistas sanitarios es un punto candente en nuestra sociedad, el cual ha surgido estos últimos meses.

Los recortes en sectores fundamentales como el de la sanidad producidos a partir de 2015 han sido los grandes culpables. Esto ha repercutido directamente en la falta de presupuesto para contratar a médicos, enfermeros o auxiliares recién licenciados, dando como resultado un sistema colapsado, saturado y lo más grave, personal sanitario explotado que no puede rendir al cien por cien a causa del cansancio, pudiendo llegar esto a repercutir directamente en la atención del propio paciente.

A raíz del colapso que sufrieron los hospitales los primeros meses de la pandemia, se tuvieron que tomar medidas para evitar que el desastre fuera aún mayor, pues lo cierto es que se estaba fraguando un desastre nacional muy fuerte en cuanto a falta de asistencia a causa del colapso en hospitales.

Entre estas medidas, hay que destacar la contratación masiva de personal sanitario para esa temporada excepcional. El problema viene en que muchos de estos profesionales de la medicina que fueron contratados durante la cuarentena, les dieron contratos temporales pero lo peor es cuando tuvieron que acabar contratando incluso a estudiantes de medicina, personas que a pesar de tener ganas de ayudar no estaban preparadas para tal escenario.

Tras reducirse el pico de contagios por Coronavirus, todo el personal sanitario no se lo pensó dos veces y salió a la calle para mostrar su enfado y rechazo hacia la situación que habían tenido que vivir.
Los motivos son sencillos de entender, falta de equipos de protección individuales, jornadas excesivas, falta de recursos para tratar a los pacientes y lo peor la ausencia de un plan para afrontar pandemias de esta magnitud, dejando entre ver la fragilidad de nuestro sistema sanitario.

A raíz de la nueva Ley del Gobierno, se implementaron medidas que permitieron a cada comunidad autónoma y al Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA) la contratación de personal sanitario, tanto facultativo como no facultativo, para poder hacer frente a una situación de riesgo como es una pandemia.
La ley en cuestión recoge que se pueda contratar a cualquier profesional que tenga el grado, licenciatura o diplomatura oportuna, aunque no tenga en su disposición el título de especialista. Además, en el texto se especifica el hecho de que los contratos tendrán una duración de tres meses, pudiendo llegar a los doce meses mediante prórrogas del mismo.